Cuando comencé a leer libros sobre Extreme Programming, me llamó la atención una de las propiedades de esta metodología de desarrollo, que era la propiedad del código.
Por mi parte he sido siempre muy comunista con respecto al código, no tengo el menor reparo en mirar, ampliar y corregir código de otras personas y dejo que los demás vean, opinen y corrijan y/o agreguen cosas a mis códigos... es la mentalidad del software libre.
Pero en las empresas ocurre lo contrario. Es muy normal, yo diría que incluso enfermizo, llegar a ver cómo cuando entras en una empresa en la que hay más de tres programadores, cómo cuando algo falla, cuando hay que hacer una nueva mejora, ampliación, adaptación, siempre dice uno en voz alta: ese código es de fulanito; indicando que ni lo va a ver, ni lo piensa modificar.
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