Cuando tenía doce años, comencé a programar en Basic, en un ZX Spectrum de 128K… en esos momentos, y los años siguientes, hacer un programa, para mi, era sentarme delante de mi ordenador, durante unas cuantas horas, incluso echando noches en vela, para al final ver el resultado… un pequeño programa de gestión de contactos, un juego de puzzle, tetris, plataformas 2D… y eso, a lo largo de los años… y de los lenguajes, pasando por Basic, C, C++, Modula–2, Pascal, Java, Perl, PHP, Python, Ruby, Erlang…
La programación se convierte, en mi vida, en mi tiempo libre y, después, en mi trabajo, en una forma de realizar programas de ideas que me surgen, de forma heróica, y sin una fuerte organización que me permita ver el resultado de mi esfuerzo, ni las horas que voy a invertir, ni si merece la pena hacerlo de una cierta forma u otra.
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