Cuando decidimos utilizar un cliente de correo en nuestro móvil o en nuestro ordenador y configuramos un proveedor poco corriente, uno que no tiene nuestro cliente de correo en una lista con un asistente para ayudarnos a configurarlo paso a paso siempre sucede que nos pregunta el acceso para leer los emails que nos llegan y hay que elegir entre estos dos protocolos: ¿usamos POP3 o IMAP?
El sistema de correo es un ente complejo compuesto de bastantes elementos en el artículo cómo funciona el servidor de correo realicé una explicación de cómo funciona todo el entramado del servicio de correo pero quizás sea interesante hablar un poco más sobre estos dos protocolos que siempre surgen en las configuraciones. Nos preguntamos, ¿qué pasa si elijo uno u otro?
Conste que algunas veces no hay posibilidad de elección, pero para cuando tenemos esta posibilidad está bien saber qué son, qué nos permiten hacer y más importante cuál de los dos nos conviene según el uso de nuestro sistema de correo.
POP3: Recogiendo el correo
Este protocolo (Post-Office Protocol version 3) está pensado cuando la conexión a Internet es intermitente o limitada y queremos tener toda la información de nuestro buzón de forma local. En nuestro dispositivo. El protocolo funciona de forma que al conectar el servidor dice cuántos correos electrónicos tenemos pendientes y nos permite descargarlos eliminándolos del servidor.
El nombre es bastante conciso puesto que al recoger los correos electrónicos de la oficina de correos (considerada como el servidor) estos desaparecen de la oficina y quedan en poder únicamente del destinatario (el cliente de correo electrónico).
Este protocolo fue muy empleado en los inicios de Internet ya que las conexiones por módem eran lentas y muy caras. Lo ideal era conectarse a Internet, realizar la conexión de forma rápida, descargar todo lo pendiente y desconectar para dejar la línea telefónica libre.
El problema con este protocolo es la persistencia o disponibilidad del correo. Es decir, si tenemos pensado utilizar un solo dispositivo para leer nuestros correos electrónicos y tenemos copias de seguridad de ese dispositivo además de suficiente espacio. No debe haber mayor problema en emplear este protocolo y esta forma de trabajar.
La responsabilidad de mantener la integridad de los correos electrónicos recae 100% en el cliente de correo, si el dispositivo tiene un fallo físico o se deteriora parte del almacenamiento y no disponemos de copia de seguridad habremos perdido esos correos electrónicos.
En ambientes donde prima la privacidad y seguridad de información esta opción puede ser ideal, teniendo siempre presentes los mecanismos de realizar copias de seguridad para evitar males mayores.
IMAP: Copia remota del correo
Este protocolo (Internet Message Access Protocol) se basa en el enfoque contrario. Los emails son solicitados por el cliente pero la estructura de carpetas, estado de los mensajes y los mensajes en sí son mantenidos en el servidor. El cliente solo almacena una copia de caché de los mismos.
El nombre del protocolo nos sugiere acceso a los mensajes. En sí es lo que obtenemos. Este protocolo nos permite acceder a los mensajes que están en el servidor tomando un listado de los mismos, permitiéndonos realizar búsquedas y filtrado de los mensajes, cambiar sus estados de lectura, marcarlos y moverlos entre carpetas.
En este caso cuando configuramos un dispositivo para acceder a nuestro correo normalmente los clientes de correo almacenan una caché local de los emails y sobretodo de las carpetas para poder acelerar las comprobaciones de si existen nuevos mensajes sin leer. Tenemos la seguridad de si necesitamos eliminar toda la información de nuestro ordenador reinstalando y reconfigurando nuestro cliente de correo volveremos a tener todos los emails, carpetas y demás información almacenada en mediante IMAP en nuestro cliente de correo de forma rápida.
Incluso nos permite la versatilidad de tener la configuración del correo electrónico en diferentes dispositivos y emplear los webmails para a través de un navegador y desde cualquier ordenador tener acceso a nuestros emails.
Obviamente la seguridad de tener acceso a todos nuestros emails desde cualquier sitio en cualquier momento nos ahorra a priori preocuparnos de copias de seguridad de los ordenadores personales. La responsabilidad de mantener los emails recae al 100% en el servidor. Pero sin embargo, también se abre el problema de la seguridad de acceso a esa información por parte de personas que no deban tener acceso a ella.
En este caso prima tener un buen sistema de seguridad para asegurarnos de que solo nosotros podemos acceder a nuestro sistema de correo. Elegir contraseñas fuertes, evitar usar sistemas webmail que no tengan al menos autenticación mediante clave multi-factor o al menos captcha.
Conclusiones
Ten en cuenta cuál será tu caso de uso, la necesidad que tienes de acceder a tu correo electrónico y desde dónde lo harás. Si eliges POP3 asegúrate de tener sistemas de copias de seguridad para tus emails a buen recaudo y si eliges IMAP asegúrate de que los sistemas de acceso a tus emails tengan un mínimo de seguridad para que no caigan en malas manos.
Espero que con estas aclaraciones tengáis un poco más claro la diferencia y usos de estos dos protocolos y podáis elegir bien la siguiente vez que os toque configurar un cliente de correo electrónico.
¿Y a ti te ha surgido alguna vez la duda de cuál usar?, ¿consideras mejor POP3?, ¿o quizás mejor IMAP en general?, ¿has experimentado algún problema de seguridad en algún sentido? ¡Déjanos tu comentario!