Hace unos días, rondando una librería con mi mujer, topé con un libro que me llamó mucho la atención, por su título directo y su color amarillo chillón de la portada. El libro: Pensar es gratis; parece como un desafío en sí, desde el propio título. Leyendo un poco por encima me convencí de que podía ser un buen estímulo para andar siempre en el buen camino.
Tras casi la mitad de lectura, en un solo día, puedo decir que, bueno, hay de todo un poco, Lorente da unas buenas clases de experiencia en algo que ha visto y vivido tanto como es la vida, y deja sus conclusiones, acerca de situaciones vividas que, ante los ojos de algunos pueden ser irrelevantes, y ante otros ojos, pueden ser la respuesta a muchas dudas que se planteaban. En mi caso, después de otras lecturas, encontré algunas ideas muy buenas, y otras, pues lo normal.
Se agradece el detalle de escribir el libro directo al grano, sin rodeos y contando las experiencias directamente, resumido al máximo posible para transmitir la idea base de forma clara, y sin perder significado.
¿De qué estábamos hablando?... ¡El triángulo!
Bueno, después de haber hecho un poco la publicidad :-P Se podría decir que vi la luz en el momento que leí una idea que me llamó mucho la atención. Es la del triángulo del éxito, y el triángulo del fracaso.
Imaginando nuestro cuerpo, y un triángulo, de modo que, en el caso del éxito, la cúspide coincide con la cabeza, y la base con la entrepierna. Mientras que en el caso del fracaso, la base corresponde a la cabeza y la cúspide a la entrepierna. El símil, nos viene a decir que, cuando queremos algo, cuando luchamos por montar una empresa, hacer un proyecto, encarar unos estudios. Todo lo que nos proponemos, tiene un posible éxito y un posible fracaso.
El éxito es la mezcla de, una sola idea, un solo objetivo (la cúspide), un buen olfato y pasión (zona intermedia) y muuuuuchos huevos, dicho de forma coloquial y algo ordinaria. Esto es lo que hace que las ideas funcionen. Mientras que, lo contrario, muchas ideas (base), olfato y pasión (zona intermedia) y pocos huevos, es la receta del desastre.
Entonces, ¿¡¿cómo triunfo?!?
Pues eso, teniendo en mente que una idea, un objetivo es lo único que se tiene que tener en mente para poder conseguirlo y no desviarse. Pasión y olfato para acercarse a las oportunidades. Mucho, pero que mucho coraje y valor.